7 de marzo de 2013

La "Calle del Salvador" es dada por la iglesia que aloja al Cristo románico del mismo nombre y que apareció en las aguas del Turia.

La Calle del Salvador, entre la Calle del Pintor López a la altura de la antigua puerta y puente de la Trinidad y, en el otro extremo, la Calle del Almudín, se ha caracterizado siempre por el trasiego humano que llevaba a la gente a salir por la puerta mencionada tanto en tiempos de dominación árabe como cristiana. A aquella puerta se la llamó también puerta de Levante, de la Fulla y también Porta dels catalans. El derribo de las murallas llegó a este portal el año 1868 y sus materiales sirvieron para reforzar los pilares del puente. Antiguamente, el tramo de la Calle hasta la confluencia con la Calle de Viciana se llamó Carrer Matjor de San Salvador y el resto hasta el río se llamó de Catalans, Espadilla y San Narciso. Y es que la sede de la antigua Cofradía de San Narciso de Valencia estuvo a mediados del S.XIV en un local del tramo entre la Calle del Salvador y el portal de la Trinidad. Allí, los comerciantes de Gerona que se establecieron en Valencia tenían por advocación al patrón de aquella ciudad. A finales del S.XVI dicha cofradía se hallaba en una lamentable decadencia y el hecho de que hubiese habido en el año 1586 un incendio que inutilizó los bajos de la Casa de la Ciudad que servían de prisión, provocó que esta se trasladara como prisión ordinaria a la Casa Cofradía de San Narciso y, para la gente de más rango, se habilitaron las Torres de Serranos. Aquella Casa-Cofradía se reformó y fortificó en 1730.
Tenemos aquí la parte lateral derecha de la Iglesia del Salvador del S.XIII que aloja un famoso Cristo románico llamado Cristo del Salvador y que apareció navegando contra corriente en las aguas del Turia en el año 1250. La lápida que conmemoraba este hecho presentaba al Cristo y a su gran devoto el Arzobispo Santo Tomás de Villanueva fue destruida con la invasión francesa y en el año 2001 fue repuesto un grupo escultórico similar en el pretil del rio. La Iglesia en cuestión fue en los primeros años de la Conquista sede de la Capilla de San Jorge que luego se trasladó a la Iglesia de San Andrés. La estructura del templo es neoclásico y allí podemos ver flanqueando al Cristo una gran imagen de San Vicente Ferrer, del que era gran devoto, y de Santo Tomás de Villanueva del que se dice que tomó descalzo a sus hombros la imagen del Cristo y la colocó donde ahora se encuentra. Otra imagen curiosa que allí se halla es la de Nuestra Señora de los Buenos Libros. También encontramos muy cerca la fachada lateral derecha del Palacio de Colomina, sede del C.E.U. San Pablo.