La Calle Purísima se alarga desde la Calle Estameñería Vieja hasta la Calle Calatrava. Su rótulo más antiguo fue el de Sabatería prima desde el año 1383 y en 1494 se llamó Sabatería Vella. Su rótulo más longevo fue el de Refinador ya que en ella residía el encargado de refinar el azúcar y en el año 1528 se llamó de Micer Bayarri. También se llamó Calle de la Compañía y Portería de la Compañía. Finalmente adquirió la rotulación de Purísima por una pintura que había sobre la pared de la Casa Profesa de la Compañía y que recaía a esta calle. Esta pintura se confundió con la que motiva la siguiente historia. Y es que un jesuita con gran fama de santidad llamado Martín Alberro tenía una grandísima devoción por la Virgen María y tuvo un sueño en el huerto del Colegio de San Pablo en que la Virgen se le apareció y le mandó buscar quien se encargara de pintarla tal y como él la veía. Fue entonces cuando fue avisado Juan de Juanes, el famoso pintor, para que la pintara con el título de la Inmaculada Concepción al dictado de las instrucciones del padre Martín. Así se hizo y el lienzo hoy se halla en un altar de la iglesia de la Compañía de Jesús de Valencia y a su lado una losa de mármol relata esta historia. Cuando con la Revolución de 1868 se derribó esta iglesia, la pintura pasó a la Capilla de la Comunión de la iglesia de los Santos Juanes y después al Museo de Bellas Artes que estuvo en el Convento del Carmen, para volver finalmente al altar donde se halla actualmente. Obviamente la pintura del altar callejero a que hace referencia nuestra calle es otra pues aquella difícilmente hubiera podido estar a la intemperie.