Y es que en aquella Valentia romana el prefecto Daciano sometió al joven diácono Vicente a insufribles martirios por no renunciar al cristianismo. Hay que decir que en esta casa que acoge su antigua cárcel se halla un pozo que los vicentinos tienen como milagroso. Y por ello es visita obligada cada 22 de Enero en el día de la festividad del santo patrón de Valencia.