La plaza del Temple se erige en
uno de los tres vértices de ese triángulo “real” formado por el antiguo Palacio
del Real, el Real Convento de Santo Domingo y el Real Palacio e iglesia del
Temple. Se llamó "del Portal del Real" por la puerta de la muralla que aquí hubo y tiene accesos por la plaza de Tetuán, por la calle del Gobernador Viejo y por la plaza de Teodoro Llorente, que preside una estatua del pintor Ribera que hubo frente al convento.. En este entorno estuvo la torre árabe más alta de Valencia como fue la
de Ali Bufat o del Cid, lugar donde se colocó el pendón de la rendición, que el
rey Jaime I entregó a los templarios, quienes le habían educado y protegido,
junto al palacio anejo y dependencias un 15 de noviembre de 1238. Cuando se
suprimió esta orden militar en 1312 el rey Jaime II obtuvo bula del Papa Juan
XXII para constituir una nueva orden que se llamaría “Orden militar de Nuestra
Señora de Montesa y San Jorge de Alfama” cuya sede se estableció en el castillo
de Montesa para contener el empuje de la resistencia árabe en aquella frontera.
Por el terremoto sufrido en 1748 su sede se trasladó al Temple de Valencia, que
nunca ha perdido su nombre a pesar de la extinción de la Orden.
A mitad del S.XIX se produce la
exclaustración de la Orden y el convento se destina a sede del Gobierno Civil,
hoy de la Delegación de Gobierno, y la iglesia concedida a los Padres
Redentoristas en 1917. En ella destaca su noble fachada con dos esculturas que
representan la “Piedad” y la “Devoción” y el tabernáculo del altar mayor que
contuvo la imagen de la Virgen de Montesa y hoy un cuadro de la Virgen del
Perpetuo Socorro. También destaco la devoción que se tiene a San Expedito en el
altar lateral que le cobija. Por último, diré que la demolición de la muralla
medieval comenzó en esta plaza.