10 de noviembre de 2014

La "Plaza de los Fueros" recuerda tras las Torres de Serranos a nuestro ordenamiento jurídico original.



La actual “Plaza de los Fueros” es la que se conoció de antiguo como Plaza de Serranos y que se originó al derribar varias casas viejas y techar parte de su espacio para albergar la antigua estación de autobuses. Con acceso desde Roteros, Blanquerías, Náquera y Conde de Trénor, la magnífica Puerta de Serranos que la preside presenció la entrada de reyes y embajadores como la más ilustre bienvenida a la ciudad. Se cree que el primer rey que hizo su entrada en esta plaza a través de la puerta fue Martín I el Humano en el año 1404. Igualmente presenció a los madereros que bajaban troncos por el rio Turia y a los viajeros que, no siendo puntuales en la entrada de la ciudad, se quedaban ante sus puertas cerradas “a la luna de Valencia”. También fue testigo de la salida de los restos de los ajusticiados que se dirigían al Cementerio del Carraixet acompañados por la imagen de la Virgen de los Desamparados y sus cofrades y, actualmente, de la crida de la Fallera Mayor para que los valencianos se unan a las fiestas falleras. El nombre de “Serranos” proviene de que esta era la puerta que daba entrada a los provenientes de los pueblos de la serranía y ocupaba lo que fue con anterioridad la puerta árabe de alcántara junto al portillo de Roteros. Su constructor fue el maestro Pere Balaguer y pudo fijarse en la entrada del monasterio de Poblet para realizar su más inmortal obra, fortaleza militar, arco de defensa, prisión y lugar de acogida de obras del Museo del Prado durante la Guerra Civil. Igualmente curiosa es la campana de bronce que en su parte trasera nos recuerda el aviso que en la Guerra de los Pedros se realizaba a la población valenciana para su defensa y que tenía su continuación en los toques del Micalet. Una hendidura podemos observar como fruto de una granada que la dañó durante la Guerra de la Independencia. Igualmente me parece interesante decir que la estructura de su pared trasera es abierta para que no fuese lugar con el que poder atacar a la población valenciana desde el interior. El hecho de que, junto a las Torres de Quart, fuese prisión hizo que se salvase del derribo de la muralla y del resto de las torres decretada por Cirilo Amorós en el S.XIX. Finalmente, los Fueros que dan nombre a la plaza fueron las normas que rigieron la vida valenciana durante siglos y que fueron abolidos por el rey Felipe V al finalizar la Guerra de Sucesión.