7 de octubre de 2013

La "Calle Caballeros" aloja en su trayecto lso más bellos palacios de la Valencia señorial.

La histórica Calle de Caballeros, entre la Plaza de la Virgen y la Calle de Bolsería, se denominó Calle de les Corts hasta la esquina con la Calle del Reloj Viejo ya que en los jardincillos de la Generalitat era el lugar donde se asentó la antigua Casa de la Ciutat y allí se celebraron las primeras Cortes. En el año 1854, ante el estado ruinoso que presentaba el edificio por un incendio provocado por los presos de las contigua cárcel, esta se trasladó provisionalmente a la Casa de Enseñanza del Arzobispo Mayoral, aunque dicho traslado ya sería irreversible. El espacio que hubo entre el antiguo ayuntamiento y el Palacio de la Generalitat se llamó Calle dels ferros de la ciutat y hoy vemos en el jardín, sobre el que se construyó un refugio en la Guerra Civil, una verja de hierro y piedra con una imagen del Arcángel San Miguel en bronce en una de sus esquinas. A partir de 1400 el tramo hasta la Plaza de San Jaime adquirió el nombre actual ya que en ella siempre hubo casas principales y familias de primer rango y jerarquía. Antes se llamó Calle Mayor de San Nicolás por la parroquia cercana.

Debemos destacar sin duda la existencia del Palacio de la Generalitat, sede del ejecutivo de la Comunitat Valenciana y edificio que consta de tres cuerpos, dos en formas de torreones y uno central que los une a una menor altura. Fue a lo largo de su historia sede de la Diputación , de la Audiencia, de les Corts y del Consell. En esta calle de gran abolengo vamos a disfrutar de unos palacios de bellísima factura. Frente al mismo Palacio de la Generalitat tenemos un grandioso edificio conocido como Palacio de Castellfort o de Fuentehermosa que alterna formas modernistas con elementos clásicos y es la sede oficial de la Presidencia. Ya desaparecido y ocupado en su solar esquina con la Calle de los Borja por un bello edificio de formas mudéjares, estuvo el Palacio de Duque de Villahermosa junto a la antigua Colegiata de San Bartolomé. Siguiendo por la mima acera nos encontramos con el Palacio de Malferit, en cuyo bajo se ubica el curioso Museo L´Iber o de los soldaditos de plomo y en su frente hay un hermoso edificio ecléctico ocupado por la antigua Casa de Obreros de San Vicente Ferrer y Teatro Talía. Siguiendo la acera estuvo el magnífico Palacio de los Centelles, Condes de Oliva, cuyos restos fueron desmontados y dispersos por distintos museos de Europa, siendo el edificio actual, con bella entrada blasonada, propiedad de los Condes de Daya Nueva. Siguiendo, tenemos el pasadizo que conduce a una puerta lateral de la bella Iglesia de San Nicolás y frente a ella se hallan los magníficos palacios de los Mercader, de los Condes de Alpuente y el de los Queixals que tiene fachada lateral a la Calle de la Abadía de San Nicolás. Formando esquina con la Plaza de San Jaime, el edificio de los Fernández de Córdoba aloja restos de la muralla árabe y torreón.