La Calle de Moncófar se abre entre la Calle del Conde de Montornés y la Calle del Altar de San Vicente, inmersa en unas calles como la de Bretón de los Herreros y la Calle del Mar que ocuparon antiguamente el cementerio o fossar de Santo Tomás o Benimaclet. Aunque este cementerio pertenecía a la demarcación de la iglesia de San Esteban, los que fallecían en el entonces caserío de Benimaclet venían aquí a enterrarse y, cuando tuvieron el suyo propio, este fue cedido a la Parroquia de Santo Tomás. Con la desaparición de los cementerios del interior de la ciudad, se reordenaron estas calles y en el año 1963 se dedicó a Moncófar como población castellonense que fue una alquería árabe y fue dada en posesión a Guillem de Moncada en el año 1254.