En la Calle de los Cerrajeros se instalaron desde tiempo inmemorial los cerrajeros de Valencia dando lugar al gremio que los unía. Este gremio de los herreros estaba constituido por los herreros propiamente dichos o ferrers de Tall, los cerrajeros o manyans, los herradores o menescals, los armeros o armers. Ya en 1672 se separaron los herreros y los cerrajeros. De entre los edificios que en ella existen destaca sin duda el del Siglo valenciano que fue un importante centro comercial en que se vendían géneros muy diversos. Clausurado ya hace años, hoy en día se ha recuperado con dinero colonialista por una asociación "cultural" hostil a las tradiciones valencianas.
Desde muy antiguo se celebraron aquí las fiestas en honor a San Roque que hoy atestigua un retablo de azulejos cerámicos que en el año 1951 se colocó con farolillo. Y es que se conserva la memoria de una escultura del santo en madera que se revistió de plata debido a su veneración y que motivaba cabalgatas y hasta suelta de vaquillas en esta calle. Se llamó anteriormente de Vallada, y de Pere el Forjador y discurre desde la Calle San Vicente Mártir hasta la Calle Trench.