La calle del Repeso discurre entre la calle de Numancia y la
calle de los Cambios. Su curioso rótulo se debe a la labor que hacía el
funcionario llamado “almotacén” o “mustasaf”, encargado de verificar las
reclamaciones que se producían en las compras y en las que había algún
conflicto sobre la exactitud de sus pesos o medidas. Este colocaba una piedra
sobre una de las paredes de la iglesia de Santa Catalina y era el soporte
oficial sobre el que se realizaba el pesaje para comprobar si era correcto en
relación a lo pagado. Anteriormente se llamó “del consulat” por alojar el
conocido tribunal del Consolat del Mar, primer tribunal de Derecho Mercantil y
de la Navegación de España, que otorgara Pedro el Ceremonioso y que con la
construcción de la Lonja se ubicó allí.