Uno de los lugares con más encanto de nuestra ciudad es sin duda la Plaza de San Luís Bertrán, a la que puede accederse por la Calle del Almudín y Plaza de San Esteban. En ella destaca el edificio del Almudín o Almodí que era el almacén de grano donde era depositado en grandes carretas. Durante muchos años albergó el Museo Paleontológico y en tiempos se llamó “de Granota” y “Zanoguera” por tener esta familia allí su casa de antiguo. Pero la motivación de rotular así esta plaza es que aquí está la Casa natalicia del santo en cuestión con un hermoso retablo de azulejos en su fachada que representa a Jesús Crucificado acompañado por dos ángeles con distintos símbolos de la Pasión del Señor. Destacan además en una esquina el Palacio de los Escribá y los Boil como caballeros que acompañaron al rey Don Jaime y la fuente gótica que representa a San Luís Bertrán labrada en piedra de Jávea y que es coronada por su imagen en bronce. De nuestro santo hay que decir que ingresó como Dominico y que, tras tener distintos cargos de gobierno en conventos de Valencia, marchó como misionero a Cartagena de Indias. Aquel santo solía realizar frecuentes caminatas hacía las huertas de Ruzafa y por ello a aquella zona se la conoce como la Fonteta de Sant Lluís.